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El buen médico

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Aquí un extracto del Neijing donde se ve la importancia que debe acordar el buen médico a las alteraciones sociales y psico-emocionales para entender el estado de su paciente:

“El Emperador Amarillo dijo: Cuando se interroga acerca de la situación de la enfermedad, también hay que indagar respecto a algún cambio en el nivel económico del paciente. Un paciente que fue aristócrata o noble con un nivel social alto y luego pasó a un nivel inferior, aunque no haya sido invadido por alguna de las energías patógenas podrá presentar una enfermedad desde el interior. Esta enfermedad se conoce prolapso de la energía alimenticia (脱营 tuo ying). Si el paciente fue primero rico y luego pobre, su enfermedad se conoce como pérdida de la energía esencial (失精 shi jing). Ambas enfermedades son provocadas por una falla en la circulación de la energía de los cinco órganos y las seis vísceras. El médico se confunde frecuentemente, ya que al efectuar la exploración de los órganos observa que estos no están afectados; el organismo en sí no está lesionado y es difícil determinar de qué enfermedad se trata, pero el paciente pierde peso día a día, hay datos de deficiencia de la energía qi, desgaste de la energía esencial (精气 jing qi) que puede llegar a extremos graves, consumo de la energía verdadera (真气 zhen qi) y deficiencia cada día mayor de la energía yang, todo lo cual se evidencia mediante temor, intranquilidad, desgaste de la energía defensiva en el exterior y consumo de la energía alimenticia y de la sangre en el interior. A pesar de que un médico tenga un buen nivel, con frecuencia omite interrogar sobre tales aspectos, por lo que no puede comprender cuál es la causa de la enfermedad ni mucho menos resolver el problema del paciente. Así, este es el primer error diagnóstico y terapéutico.

Cuando se interroga al paciente, hay que indagar sobre su alimentación y vivienda y sobre aspectos emocionales, preguntarle si presentó o no alguna situación de alegría o tristeza repentinas, pues estos ataques de alegría o tristeza repentinas pueden lesionar la energía esencial (精气 jing qi) e incluso consumirla, con la cual se desgastará la estructura corporal (形 xing). Un estado de ira repentina lesiona yang. Cuando yin y yang se lesionan, la situación es propicia para el desarrollo de la energía rebelde (厥气 jue qi), la cual satura los canales y puede conducir al desvanecimiento del espíritu. Cuando un médico mediocre efectúa el diagnóstico y el tratamiento, no puede diferenciar si está frente a una enfermedad por exceso o por deficiencia; no sabe si hay que tonificar o dispersar, induciendo así a una gradual dispersión de la energía esencial y a una acumulación de la energía patógena. Esto se conoce como el segundo error diagnóstico y terapéutico.

Un buen médico que efectúa un diagnóstico por medio del pulso debe hacer serenamente una diferenciación precisa entre las enfermedades comunes y las curiosas (奇病 qi bing), así como analizar y comprender la naturaleza de estas. Si el médico no comprende estos principios, su técnica no tendrá ningún valor. Este es el tercer error diagnóstico y terapéutico.

Cuando se interroga a un paciente, hay que tener en cuenta tres aspectos: interrogar acerca de su estatus social, saber si recientemente perdió su cargo o su posición, y averiguar si ha tenido aspiraciones de ocupar algún puesto más importante, pues la gente aristocrática que pierde estatus se deprime. Esta gente, aun cuando no haya sido agredida por alguna energía patógena externa presenta un estado anímico muy alterado, lo cual también es una energía que puede producir una lesión grave de la estructura corporal. Aquel que primero fue rico y después pobre, aun cuando no haya sido invadido por alguna energía patógena externa, puede presentar piel reseca, como si estuviera quemada, contracturas tendinosas, atrofia y una debilidad que impida la deambulación.

Si un médico no atiende de manera concienzuda a dichos pacientes y no los obliga a cambiar seriamente su actitud y su estado de ánimo, los inducirá a que pierdan su fortaleza y a que su problema se agrave, lo cual conducirá a un estado de desorden y hará que la enfermedad no se resuelva nunca y que ningún medicamento pueda tener efecto. Esto se considera el cuarto error diagnóstico y terapéutico.

Al efectuar el diagnóstico es necesario comprender la etapa inicial, la evolución y el estado actual de la enfermedad, además de conocer el origen y el final de la enfermedad. Al realizar la investigación del pulso, se deben tener en cuenta las diferencias entre el hombre y la mujer.

Se debe considerar si el paciente se ha separado de algún ser querido, si tiene algún recuerdo desagradable que pueda provocarle depresión del estado anímico, tristeza o explosiones de ira. Todo esto puede conducir a una deficiencia de la energía de los cinco órganos y a un divorcio entre la sangre y la energía. Si el médico no comprende estos principios, ¿cómo podrá hablar de una técnica de diagnóstico y terapéutica?

Una persona que fue rica y que ahora es pobre, que perdió la riqueza y el poder, necesariamente lesiona con gravedad los tendones y, aun cuando pueda deambular, ya no es capaz de nutrir a los líquidos corporales. Si la lesión es antigua, se producirá un estancamiento de la sangre y de la energía, las cuales se transformarán en calor que atacará la región yang y, a la larga, se convertirá en pus. La pus y la sangre estancada se evidencian por una sensación alternada de calor y frío. En estas condiciones, un médico mediocre que al tratar estos padecimientos puncione repetidamente los canales yin y yang, favorecerá aún más el desgaste de la sangre y la energía, las contracturas tendinosas de las cuatro extremidades y el desgaste progresivo del organismo, con lo cual pondrá al paciente en peligro de muerte. Si el médico no es capaz de comprender esto, ni interroga sobre el origen y desarrollo de la enfermedad, sólo podrá decir que el enfermo se encuentra en un estado peligroso. Este es el médico mediocre. Así, el quinto error diagnóstico y terapéutico es mencionado aquí.

Los cinco errores médicos descritos son producto de una técnica deficiente por parte del médico, y consecuencia de trastornos sociales. Por ello se dice que en la terapia de los hombres sabios es necesario comprender las leyes de los cambios de yin y yang, de frío y calor, de las cuatro estaciones, de la relación existente entre los cinco órganos y las seis vísceras, de la relación interno-externa, de los canales yin y yang, de las aplicaciones de la acupuntura, de la moxibustión, de los punzones y de las hierbas, así como comprender los cambios sociales. De esta forma se podrán comprender ampliamente los principios de diagnóstico y terapéuticos. Para que la técnica de diagnóstico y terapéutica sea completa, hay que comprender el estrato social y económico del paciente a fin de diferenciar su constitución física, conocer las características particulares del desarrollo de la enfermedad, interrogar sobre la edad del paciente, indagar sobre su valentía o cobardía y ser cuidadoso en la exploración de algún tinte patológico. Para comprender mejor el origen de la enfermedad, ésta debe analizarse de acuerdo con los ocho cambios de las épocas, las cuatro estaciones, las manifestaciones pulsológicas de las “tres regiones y los nueve lugares” (三 部九侯 san bu jiu hou).

Otro principio importante es medir la potencia de la energía ancestral y, a partir de ahí, analizar la enfermedad. Si no es posible valorar la potencia de la energía ancestral, entonces la enfermedad puede estar entre yin o yang, entre el interior y el exterior. La terapéutica se efectuará en el sitio donde se encuentra la enfermedad. No se debe alterar la función y la prescripción de los puntos de acupuntura.

Quien sea capaz de efectuar un diagnóstico y un tratamiento de acuerdo con los principios descritos, no cometerá errores en el diagnóstico ni en la terapia. Si se desconoce el método correcto para seleccionar los puntos, o si se manejan inadecuadamente las agujas y los punzones, se podrá provocar el estancamiento de la sangre, la producción de calor en los órganos y la aparición de abscesos en las seis vísceras. Si la observación no es cuidadosa, se podrá caer en frecuentes errores de diagnóstico. Respetar los principios diagnósticos y terapéuticos significa hallarse en concordancia con los propósitos de las obras clásicas y estar compenetrado con el contenido de los libros 上经 Shang jing4, 下经 Xia jing5, 揆度 Kui duo6, 阴阳 Yin yang7, 奇恒 Qi heng8 y 五中 Wu zhong9. Determinar el origen de la enfermedad mediante el color del 明堂 Ming tang10 puede conducir siempre al éxito”.

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